Advertencia: Los Lectoaperitivos pueden provocar “lectura-dependencia”

Aquí no se fía en día nublado
y cuando sale el sol, se vende al contado;
y este régimen dura todo el día;
y al llegar la noche, tampoco se fía.
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Las advertencias o frases proverbiales, según señala Oreste Plath (2009) en su libro Folclor chileno del FCE, son “letreros alusivos a la venta al fiado, muy corrientes en los despachos y boliches de hace unos cuarenta años.”
Supongo que en muchas partes existen advertencias para evitar a los “vivos” o “vivarachos,” como diríamos en Chile. Para que ustedes puedan degustar relajadamente, aquí les dejo unos lectoaperitivos de advertencias, llenos de ingenio y… ¡gratis!
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Hoy no se fía,
mañana sí,
trampas afuera,
menos aquí.
Hoy no se fía,
mañana sí,
cuentas al diablo,
menos aquí.
Hoy no se fía,
mañana sí,
a clavar a otro,
menos a mí.
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Si Cristo murió en la Cruz
con tres clavos solamente,
cómo no he de morir yo
si me clava tanta gente.
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Cuando este gallo cante,
se fiará al instante.
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Cuando sale el sol no se fía
y cuando está nublado
se paga al contado.
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El que fía ha salido;
anda en la calle cobrando.
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No me estés molestando.
Pues déjate de porfía.
¿O no sabes que el que fía
anda en la calle cobrando?
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Cuando fío considero
que estoy perdiendo un amigo
y comprando un enemigo
a costa de mi dinero.
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Sólo se fía
a las personas mayores de 90 años
que vengan acompañadas
de sus respectivos padres.
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¡Atención, señor!
La confianza se murió,
el mal pago la mató.
Se avisa, por cortesía,
que aquí se vende y no se fía.
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Si doy, pierdo la ganancia de hoy;
y si presto, me hacen un gesto;
y si fío, fío lo que no es mío,
y para evitar esto,
no fío, no doy, ni presto.
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Lo fiado y lo prestado
es pariente de lo dado.
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Usted pide fiado
yo no le doy
usted se enoja…
Usted pide fiado
¡Yo le doy!
usted no me paga
me enojo yo…
Es mejor que se enoje usted.
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Quien debe y paga
no debe nada.
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Al buen pagador
no le duelen prendas.
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Comprando ahora,
ahorrará mañana.
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Gran Dios de los Dolorosos,
Tú que salvas pecadores,
líbrame de los tramposos
y de malos pagadores.
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Los cuatro “illos”:
Córrase por el pasillo.
Apague el cigarrillo.
Pague con sencillo.
Ojo con su bolsillo.
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